Thursday, August 02, 2007

Visitar Venezuela: Los andes, Mérida, y Jají. El nombre más onomatopéyico



Ufff... tres días buscando un sitio donde encontrar wireless en el que no tengas que pagar.... y yo que decía que en el Perú la envidia era una cosa seria.

En la calle he abierto la compu en diferentes sitios para ver si me puedo encontrar un lindo hotspot y conectarme al internet, pero la mayor parte de los sitios son terribles porque el dueño ya los cerró a los intrusos, o porque hay que pagar ... tal vez por ahí deberíamos a comenzar a estudiar el caracter de las sociedades: to share or not to share... acompáñame a Venezuela



Pero enfín el asunto es que cuadras he andado y hasta este momento me encontré con el wireless en cuestión. Voy a bloggear un rato, porque así como tomar tequila sólo sabe rico en tu tierra o comerte un cebiche sólo se disfruta en Barranco, el bloggeo sólo funciona en tu compu.

Si no fuera por los locales que te dicen qué hacer en qué sitio, habrías andado como yo, camina que camina para encontrar el punto de internet inalámbrico gratis (hotspot les llaman... y nada que ver con los hotspots de la conservación ambiental), bueno, confieso que acá el asunto fue que los locales no supieron decirme, o simplemente no me contacté con los locales adecuados... me parece que debería de haber un sitio mundial de sitios wifi gratis... un blog de alguien o algo así... tengo un aigo que lo sabe todo sobre internet, a ver si lee esto y me dice que en efecto hay una página donde yo podría decirles dónde está en Mérida el punto para tomar una cerveza y al mismo tiempo conectarte a internet, porque los que hay en web sólo son sitios que al final ni existen, o en los que te cobran como si te fueras a llevar todo el sistema a tu casa... pero bueno, vamos a Venezuela (acá en Mérida es un barecito de nombre "trova Café" en la tercera avenida, casi con 25, o algo así, a unos pasos de los helados más famosos de Mérida (pregunta, no hay pierde)

Andaryego en Venezuela.

todo comenzó un viernes... miento, un martes. Llegué a la tierra de Uslar Pietri (porque si hablo de alguno de los contemporáneos, me tachan de algo de inmediato). En el aeropuerto me esperaban por encargo de José María, un amigo.


Y ahí comenzó el deschongue... una fiesta en bar ochentero que me hizo volver a mis orígenes de niño fresa. Tengo que pedir las fotos del evento, porque dicen que me divertí muchísimo, jeje. En realidad fue un buen día porque recién estrenaba lo que llamo el "credo 34" y es una especie de enunciación de principios para este futuro de corto plazo: charlé con mucha gente, hice amigos, conocí a unos brasileros tan fiesteros que me hicieron pensar de nuevo en que tengo que conocer la patria de Caetano Veloso y Gilberto Gil.

Después de dos días de fiesta fuerte, había llegado el momento de partir a trabajar a Mérida. El asunto fue que llegué en viernes y prácticamente no hubo quien me atendiera. Tuve que pasar un fin de semana medio solitario y sin gran cosa qué hacer sino estarme cambiando de hoteles baratos para probar cuál era el más malo... aún estoy tratando de ver cuál ganó, pero felizmente estoy vivo y puedo decirlo: en Mérida sí hay hoteles de a 10 dólares por noche, en los que no te matan ni contraes comezones extrañas.

Y bueno, la ventaja de este par de días en solitario fueron unas reflexiones interesantes sobre la sociedad venezolana que no tenía el gusto de conocer. Todo esto lo iré poniendo en los días que siguen.

Ah!, también conocí un sitio de nombre Jají... les encantará saber que en efecto, la gente del pueblo es muy sonriente, aunque el sitio sea tan pequeño que los autobuses entran a la plaza y es como una ratonera: ya no pueden salir.

Otra cosa que ví es un ser de sexo femenino, como los que no hay en Toluca, y mi amigo el Greñas vuelve a tener razón en esto, porque es cierto que las mujeres en el calor se hinchan (y no porque se hagan hinchas de un equipo) y de verdad uno se sorprende de las cosas que tienen... el único asunto es que si uno las ve caminando con la mamá, lo normal es que se te quiten las ganas de todo, porque salvo sus muy honrosas excepciones, el kilataje (por el oro, claro), comienza a aumentar en la medida que pasa el tiempo y todo concluye, tristemente, en una bola más redonda que un balón de la Copa América.

También he constatado que estas lindas venezolanas son reinas del plástico: no sé si les gustarán más las tarjetas de crédito o los implantes... alguien quiere opinar?

Bueno, hasta acá voy a dejar este post en el que no he contado prácticamente nada, pero del que no me iré sin dejarles un par de fotos y la promesa de que en un ratito más meteré más información. Lo que viene es lo más interesante: un par de reflexiones profundas profundas de lo que está moldeando al andaryego del credo 34... stay awake porque esto se va a poner bueno. yo que no me creía supersticioso he llegado a la conclusión de que mi salida de los 33 y entrada a los 34 va a hacer de mí el Frankestein que nunca quisieron ver y siempre se pensaron encontrar, jajaja... hasta yo me reí: perro que ladra, no come aloz y cloquetas.

Ahh... para los amigos del Tec onozco, una foto que les va a recordar nuestros viejos tiempos y que en algún momento deberíamos de pensar como nombre para un kinder de Tolucos... para hijos de gente borracha.








PD: Yvonnecita... ahí van algunas de las fotos prometidas

1 comment:

Enrique said...

Estoy armando un blog con imágenes de Argentina y algunos otros contenidos, llegue aquí x casualidad, asi es que quedan invitados a dar una vuelta por el mio, espero guste y lo disfruten, saludos!!!!!
El blog está en: http://iglesiasen.blogspot.com/
Enrique